RUN - 9km Pujada al Tibidabo

El caso es que Pablo, por una serie de circunstancias, se quedaba solo para hacer la Pujada al Tibidabo de este año. Así que tiró la caña en feisbuk para que algún incauto le acompañara. Oscar se apuntó rápidamente, puesto que era un objetivo de la temporada y yo, pues como me perdí la del año pasado, pues me apunté también.

A todo esto una ecografía confirma a Oscar que tiene una rotura en el soleo que no acaba de cicatrizar y por imperativo funcional se retira sabiamente de la competición para hacernos unas fotos en la llegada y así nos quedamos Pablo y yo disponibles para hacer la pujada.

El domingo nos encontramos en la cola del WC, y después de la visita obligada empezamos a calentar. Vaya ritmo lleva el cabrito… me lleva con la lengua fuera desde el Bellesguard hasta la carretera de les aigues, y una vez en les aigues, pues hasta el flamante palo del km 1 con la excusa que en el plano nos recuperaremos.

Yo después de la primera rampa ya estaba hecho caldo pero ciertamente en la carretera de les aigues se podía recuperar. El caso es que bajamos rápidamente hasta la salida y llegamos igual un minuto antes de la salida, jugada perfecta para salir en segunda fila. Y es que como bien decía Pablo, en los primeros metros se hace un embudo considerable hasta llegar a la primera curva.

La salida muy bien, y la subida a un ritmo muy constante, recuperamos en la carretera de les aigues con el Garmin marcando a 4’30”. En la subida a l’Escola Judicial todavía estoy entero, pero nada más coger el camino de Can Borni ya voy insistiéndole que vaya tirando en solitario que no puedo seguirle el ritmo. Pablo afloja y afloja aguantando hasta llegar juntos al avituallamiento del km 3,8 en la explanada de la carretera del Tibidabo.

Nada más pasar por la Font de la Salamandra “aprovecho el senderillo” para bajar el ritmo y así Pablo se pueda despegar sin remordimientos, así que dejo pasar a un par de corredores, pero joer, solo quería dejar pasar a unos pocos sin perderlo de vista, pero se me fue la mano y lo perdí en cuestión de segundos.

A partir de este punto veo que todo es bajada, aunque ya lo sabía porque por ahí hemos ido varias veces en bici, la verdad es que no tenia en la cabeza ese tramo, creía que iríamos por Can Gravat directos al aparcamiento de la Torre, pero no, bajamos por la pista que va al CI. Jajaja, menos mal que me leí el recorrido, me parecía raro pero claro, si no vas por aquí efectivamente no sale la distancia de 9km.

Independientemente de este fallo psicológico, el caso es que durante la carrera no supe interpretar este factor y ya fue demasiado tarde, no pensé que sería un tramo tan tan rápido. Aquí veo que cometí un grave error porque quizás si le hubiera aguantado un pelín más igual en la bajada podía haber recuperado el aliento y seguir juntos al menos hasta el cruce con la Font del Canet, donde volvía a subir endemoniadamente y sin pausa hasta el final. Pero esto es así, en definitiva, yo no pude seguirle el ritmo y tuve que aflojar si quería acabar entero, daba igual por un camino o por otro, el caso es que tenía que aflojar.

El tramo final pues justito justito, la subida de la Budellera es igual de dura corriendo que en bici pero eso no era nada nuevo, lo nuevo era el interior del Tibidabo, vaya rampotes! El Garmin ya marcarba 8,5km así que a apretar toca. Pero la verdad es que la pendiente no era muy favorable. Giro de 180 y meta en el 9. Pues no, giro de 180 y doscientos metros más allá el arco de llegada, que bajón. Intento apretar, pero ahí el gemelito se manifiesta y vuelve a amenazar con subirse igual que amenazó en el Ventalló… así que a un ritmo prudente ya veo a Oscar y a Pablo esperando en el arco.

Al final Pablo completa la pujada en un envidiable 58’14” y cuatro minutos más tarde entro yo a 1h02’. Una vez más tengo que dar las gracias a Pablo porque con él pude hacer la mitad de la carrera a un ritmo superior al que hubiera ido en solitario y a Oscar porque sin sus entrenos jamás hubiera podido acabar dignamente un evento de este tipo. Mil gracias!